Caídas, confusiones y bromas: Las “Piñericosas” y cómo el humor también marcó los mandatos de Sebastián Piñera

Era el 19 de marzo de 2010. Sebastián Piñera lleevaba ocho días como Presidente de la República y, como marcó su primer mandato, debía enfrentar la reconstrucción del terremoto del 27 de febrero. En aquel contexto apareció la primera Piñericosa: al referirse a la destrucción que generó el desasatre natural, hablo del “tusunami” que afectó a Chile.

Precisamente el terremoto del 27F generó varias de sus lapsus más recordados: los “tusunamis” o los “marepotos“ que habían azotado a Chile.

En 2010, Chile celebraba su Bicentenario, en una de las actividades para aquella conmemoración, el mandatario dedicó palabras a la bandera chilena: “Es la misma con que hemos ‘cubrido’ tantas veces los féretros de nuestros ‘mártis’”.

Otros de los episodios que marcarían las Piñericosas serían cuando, en medio de la inauguración de un instituto, Piñera dijo que la educación era “es un bien de consumo” o en medio de la promulgación de la Ley que prohibía manejar con alcohol, el jefe de Estado recomendó que “si usted maneja, no conduce”.

Estas confusiones se repitieron con personajes históricos y figuras públicas. Habló de Robinson Crusoe, cuando en realidad quería decir Alejandro Selkrik o cuando se refirió como William Defoe en vez del escritor Daniel Defoe.

Más adelante llegaría una de las fotos que marcaría su mandato. Mientras recorría la destrucción de las viviendas sociales en Bajos de Mena junto al alcalde de Puente Alto, Germán Codina el exmandatario sufrió una caída quedando para la posteridad.

Sus viajes internacionales

Sus chascarros no solo se quedaron en nuestro país, ya que dentro de sus viajes internacionales también tuvo una serie de errores que quedarían marcados para la posteridad.

Por ejemplo, en Alemania, en un libro de visitar ilustres escribió “Deutschland, Deutschland über alles”, (Alemania, Alemania sobre todo”, en español), una célebre frase usada durante la Alemania Nazi.

Durante su visita a Estados Unidos rompió todos los protocolos y se sentó en el despacho del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien confesó que Piñera era la primera persona que no fuera el mandatario del país norteamericano que se sentaba en aquel sillón.

Dentro de aquel viaje a EE.UU, también dedicó unas palabras a Pablo Neruda. ¿El problema?, Piñera dijo que el poeta había nacido en Curicó, cuando en realidad lo hizo en Parral. Por último, en Tumbes señaló que Chile cumplía 500 años, en vez de los 200 que celebrara el país.

Parecía que el expresidente tenía un problema con los poetas, ya que en ese 2010, el mandatario aseguró que Nicanor Parra había muerto, ocho años antes de que el bate efectivamente muriera. Luego. en 2012, llamó al mítico escritor como Nicolás.

Piñera y el deporte

En 2010, también, previa a la partida de la Selección Chilena al Mundial de Sudáfrica, el Presidente Piñera visitó a los jugadores y el cuerpo Técnico en Juan Pinto Durán. En aquella ocasión dedicó palabras para todos los integrantes del plantel nacional –no excepto de errores– pero al finalizar, el mandatario afirmó que todos eran “muy bien dirigidos por ese gran loco y entrenador, Marcelo Bielsa”.

El hecho de llamar como “loco” a Bielsa no cayó bien en el rosarino. Si bien era un apodo muy conocido y usado, desde el entrenador fue tomado como una falta de respeto. Un mes más tarde, Bielsa y Piñera volverían a rencontrarse, esta vez en La Moneda en aquella ocasión se viviría uno de los momentos más polémicos de su paso por el Palacio. Al entrar cada uno de los jugadores que disputaron el Mundial, el Presidente los saludó, al igual que al DT de Chile, sin embargo, el argentino no lo saludó.

Las Piñericosas en el deporte no serían pocas. En 2012, el atleta ciego y medallista de oro, Cristian Valenzuela, visitó La Moneda. Allí, Piñera le dijo que “no fije su mirada solamente en los Juegos Paralímpicos”.

En 2019, el histórico atleta jamaiquino Usain Bolt también estuvo en Palacio junto al Presidente, allí, Piñera le regaló una imagen, o más bien un meme, donde el Mandatario le ganaba una carrera.