Qatar y su polémica política exterior
El pequeño país es acusado de financiar grupos terroristas y será sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2022.
Qatar es un pequeño emirato ubicado en el Golfo Pérsico. Cuenta con una superficie de a penas 11.586 kilómetros cuadrados, poco más de la mitad del Salvador, el país mas pequeño de América. Esta península, poco a poco ha ido ganando reconocimiento internacional por su curiosa política exterior, en la que abundan las contradicciones. Si bien, tiene cordiales relaciones con Irán, es un estado aliado de EE.UU; el año 2011, en plena Primavera Árabe, respaldó a los rebeldes que le hicieron la guerra a Muamar Gadafi, pero ese mismo año se unió a la coalición que apoyó la represión de las protestas pro democráticas en Baréin.
Qatar, donde reina una monarquía absoluta en base a la descendencia que mantiene a la misma familia en el poder desde el siglo XVII, no ha sido siempre una nación rica económicamente. Recién en 1939, año en que estalló la Segunda Guerra Mundial, se descubrieron grandes reservas de hidrocarburos en el territorio y no se explotaron hasta que la guerra terminó en 1945. De ahí en adelante, Qatar comenzó a acumular riqueza y dejó su posición en la lista de los países más pobres del Golfo Pérsico. Hoy es el cuarto mayor productor de gas natural en el mundo y el segundo mayor exportador de este hidrocarburo, superado solamente por Rusia. No se queda atrás con el petróleo, pues es el octavo mayor exportador a nivel mundial.
Al contar con solo 2,7 millones de habitantes, estos antecedentes permiten que la situación de los ciudadanos de la región tengan una vida prospera. El país se ha modernizado y se ha convertido en una potencia a nivel de infraestructura. Tanto así que ya ha superado a Brasil y México en la clasificación que hace la plataforma Skycraper Center, que evalúa que países del mundo tienen más rascacielos en cuando a cantidad y altura de estos.
También tienen su propia línea aérea, Qatar Airways, la que en 2015 fue premiada como la mejor del mundo por la organización Skytrax.
El año 2005 establecieron el QIA (Qatar Investment Authority), que es un fondo cuyo objeto es invertir los ahorros procedentes de la venta de hidrocarburos. El QIA tiene un portafolio de inversiones de US$335.000 millones en distintas empresas de todo el mundo, entre ellas Barclays, Volkswagen, la petrolera Total y la cadena de joyerías Tiffany & Co.
No todo lo que brilla es oro
Sin embargo, pese a su alto nivel económico, Qatar es categorizado por The Economist como un régimen autoritario, las únicas elecciones que se realizan en dicho país son las municipales. Según Freedon House, organización no gubernamental que evalúa los índices de libertad de los países, Qatar en un país no libre.
Si bien, en Qatar no hay prensa libre, son dueños de la cadena de televisión Al Jazeera que fue la que le dio cabida a muchos disidentes de los regímenes autoritarios del Golfo Pérsico convirtiéndose, este medio, en un gran impulso para lo que fue la Primavera Árabe. De hecho, este es el punto de roce de Qatar con muchos de sus países vecinos.
Qatar es una nación que ha sobrevivido haciendo espontáneas alianzas dependiendo de las momentáneas disputas que viven sus ciudadanos o los países vecinos. Un claro ejemplo de esto es que son los principales financistas del grupo yihadista palestino Hamas, pero al mismo tiempo mantiene cordiales relaciones con el estado de Israel.
Algo similar ocurre con Irán. Tienen una relación respetuosa, pues comparten su mayor depósito de gas natural, pero esto no ha impedido que el gobierno de Qatar financie a los grupos sirios que combaten a Bashar al Asad, uno de los principales socios de Irán.
Eso sí, esto no ha sido gratuito, pues tiene una acusación por parte de Egipto, Arabia Saudita, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Libia y Baréin, de generar inestabilidad en la región. Estas naciones lo acusan de dar apoyo a grupos terroristas, entre ellos el Estado Islámico y Al Qaeda, por lo que han cortado relaciones con Qatar, nación que niega dicha relación con grupos terroristas.
Recientemente se han cerrado las fronteras de aire mar y tierra de estos países hacia Qatar, impidiendo, además del trafico de ciudadanos, el traspaso de mercaderías, estableciéndose un duro bloqueo económico. Esto no es menor ya que el 40% de los productos alimentarios comercializados en Qatar son importados desde Arabia Saudita.
Por su parte, Qatar Airways suspendió sus vuelos a Arabia Saudita, Emirátos Árabes, Egipto y Bahréin.
Aún así, Qatar ha ganado un posicionamiento a nivel internacional. De ahí que su capital, Doha, haya sido sede del lanzamiento de las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio, conocida también como la Ronda del Desarrollo, en el 2001. En 2012 hizo lo mismo para la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y ya se estableció que será el país anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol del 2022.
Ahora, para poder mantener dicho posicionamiento, Qatar deberá soportar las presiones de los países vecinos que quieren que vuelva a su lugar.