En marzo de 1956 el joven de 21 años grabó su debut discográfico y se tomó las ondas de radio, promocionado con esa frase publicitaria -tan de su época- que lo ungía como “el blanco que cantaba como negro”
Su decadencia física, que fue de la mano con su ocaso artístico, terminó con un final esperado, aunque igual de trágico. Elvis tenía que morir para que su leyenda pudiera tomar vuelo.
Según la información que se dio a conocer, la artista falleció producto de un ataque cardíaco, solo unos días después de su última aparición pública.
La muerte de su padre cuando tenía 9 años, cuatro matrimonios y el suicidio de su hijo en 2020, fue algunas de las cosas por las que tuvo que pasar.
Responsable de popularizar el rock & roll a nivel internacional, su vida estuvo llena de excesos y conocido es que en su último periodo, abusó de las drogas, lo que finalmente hizo que su cuerpo colapsara.
Ignacio Olivares trajo una canción de los años 50 que todavía sigue haciendo bailar.
Es uno de los mayores legados del rey del rock and roll y lo muestran en sus últimos momentos de gloria, justo antes de empezar su infame residencia en los casinos de Las Vegas.
Porque las películas también se escuchan, en nuestra sección de Suena Bien, Ignacio Olivares se refirió a este estreno de junio en Netflix.
1958- El mundo ya bailaba al ritmo del rey. Las jovencitas se derretían con cualquier aparición de Elvis Presley y se consagraba como el referente del rock n´roll. Al menos hasta que tuvo que incorporarse al Ejército. Sirviendo como miembro del 1er Batallón de Tanque Mediano, Presley fue designado a servir en Alemania. Su fanaticada, desesperada, inundó de cartas al presidente Eisenhower, intercediendo por los destinos del rey. Ena la voz, Bárbara Espejo.
El artista señaló que le gustaría que estuviera “Elvis cantando gospel, con el cielo y todos sus ángeles escuchando” en su despedida.
