Zerreitug: “Ahí me di cuenta de que yo, con mis figuras, podía representar la historia de Chile. Justo en ese tiempo estaba la Casa Colorada, que se estaba restaurando para hacerla un museo”
Zerreitug: “Nos guiábamos en ese tiempo por las películas, como el Rey Arturo. Hacíamos espadas y armaduras. Cuando estaba estudiando contabilidad, empecé a tallarlas en madera porque pensé que así se iban a vender, y se vendieron muy rápido.”