Wilde III – Bosie el terrible
Al irlandés lo habían desairado toda la vida y nunca había cometido la torpeza de contestar pero en este caso, alentado por los chillidos de ese tormento suyo llamándolo cobarde, demandó al marqués por difamación. El noble de Queensburry fue declarado inocente y, ese mismo 5 de abril de 1895, Wilde era encarcelado por conducta indecente. En el proceso irían saliendo todos los trapos al sol. El hedonista amante de las trufas sería condenado a prisión y ahí escribiría sus más conmovedores relatos. Un espacio de Bárbara Espejo.