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Japón comenzará a vertir aguas de Fukushima en el océano: ¿es seguro?

Si bien las autoridades japonesas afirman que no hay un riesgo en estas acciones, organizaciones ambientalistas y científicos muestran sus dudas frente al real impacto de estos derrames.

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23 Agosto, 2023

El 11 de marzo de 2011 ocurrió el desastre de Fukushima, luego del terremoto y tsunami que sacudió a Japón. Desde entonces se ha acumulado más de un millón de toneladas de aguas residuales tratadas de la planta nuclear.

Frente a esta situación, una de las mayores discusiones desde las autoridades japonesas y la comunidad científica fue qué hacer con estos desechos tóxicos y dónde dejarlos. Tras dos años de investigación se van a derramar en el océano nipón.

Esta decisión ha traído una serie de discusiones sobre sus efectos ambientales. En este sentido, El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a través de su director, Rafael Grossi, afirmó que esta acción tendrá un efecto “radiológico insignificante en la gente y el medio ambiente”.

Además, el organismo perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró que el derramamiento de estos desechos al mar cumplen con los estándares internacionales. Esto se va a concretar en agosto de este año.

¿Qué significa esto?

El agua que se ha venido acumulando desde el desastre nuclear de Fukushima se ha producido, ya queTepco, la empresa encargada de la planta, ha bombeado permanentemente agua para enfriar los reactores nucleares. Al día se acumulan cerca de 100 metros cúbicos en enormes tanques.

Producto a que ya se han llenado más de 1.000 de estos tanques, Japón anunció que debe comenzar a liberarlos gradualmente por 30 años, ya que esta acumulación no es sostenible con el tiempo.

Si bien Tepco filtra estas aguas a través de un Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, en inglés) lo que disminuye en gran cantidad las sustancias radioactivas, dejando el líquido en un estándar de seguridad aceptable.

Sin embargo, algo que no pueden eliminar son el tritio y el carbono-14, que son las formas radioactivas del hidrógeno y el carbono, por lo que son difíciles de separar el agua, pero están en el entorno natural y en los humanos, ya que están presentes en la atmósfera de la tierra y pueden entrar en el ciclo del agua.

En general, el tritio y el carbono-14 cuentan con bajos niveles de radiación, aunque en grandes cantidades sí puede generar un riesgo.

Sin embargo, la empresa a cargo de estas descargas aseguró que los niveles de tritio, 1.500 becquereles por litro, son mucho más bajos de los niveles que solicita la Organización Mundial de la Salud para el agua potable, lo mismo sucede con el carbono-14.

Además, Tepco afirmó que su sistema de válvulas impide que se derramen desechos tóxicos por accidente.

Críticas

Las autoridades japonesas afirman que los estudios que han realizado por años demuestras que el riesgo de derramar estos desechos es bastante bajo para los humanos y la vida marina.

En este sentido, uno de los científicos que trabajó junto a los japoneses, Gerry Thomas, experto en patología molecular, indicó que “el agua liberada será una gota el océano tanto en términos de volumen como de radioactividad. No hay evidencia de que estos niveles extremadamente bajos de radioisótopos tengan un efecto perjudicial para la salud”.

Sin embargo, existen varios críticos de esta acción. Uno de ellos es Greenpeace, que elaboró informes que expresan preocupaciones por estos derrames, donde denuncian que las sustancias radioactivas no son removidas completamente.

Una de las soluciones que plantean es que se mantengan por más tiempo las aguas en los tanques, mientras se investiga una mejor tecnología para tratar estos desechos y eliminar naturalmente los elementos radioactivos.

Algunos científicos también muestran críticas a esta acción, afirmando que se requieren más estudios para comprobar que no tendrá impactos significativos en la naturaleza.

“Hemos visto una evaluación de impacto radiológico y ecológico inadecuada y nos preocupa que Japón no solo no pueda detectar qué está ingresando en el agua, los sedimentos y los organismos, sino que si lo hace, no haya forma de eliminarlo…. no hay manera de volver a meter al genio dentro de la botella”, declaró a la BBC el biólogo marino y profesor de la Universidad de Hawái, Robert Richmond.

Por su parte, el profesor de ingeniería nuclear del Centro de Investigación para la Eliminación de las Armas Nucleares de la Universidad de Nagasaki, Tatsujiro Suzuki, también mostró sus dudas ante el proyecto y dijo al medio antes mencionado que “no conduciría necesariamente a una contaminación grave o dañaría al público si todo sale bien”, además destacó el antecedente de que Tepco no pudo contener el desastre nuclear de 2011.

Pescadores japoneses también demostraron su preocupación ante los derrames, ya que creen que esto puede afectar la imagen de los productos que importan. De hecho, China, país cercano a Japón, prohibió la importación de alimentos de diez prefecturas japonesas, además de controlar la radiación en productos provenientes de sus vecinos nipones.

Incluso, la situación provocó movilizaciones y protestas en Corea del Sur, donde su población se demostró temerosa de los efectos de los derrames en el mar.

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