El cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril, ya está en marcha.
Este miércoles 7 de mayo comenzó en el Vaticano el milenario rito que reunió a 133 cardenales electores en la Capilla Sixtina, en un proceso marcado por la solemnidad, la expectativa mundial y las tensiones internas de la Iglesia.
Alrededor de las 11:37 hora de Chile, los cardenales participaron en una ceremonia de oración en la Capilla Paulina y procesionaron hasta la Sixtina al ritmo solemne del “Veni, Creator Spiritus”. Entre ellos, se encontraba el arzobispo de Santiago, Fernando Chomali, el único representante chileno.
Vestidos con el hábito coral rojo, que rinde honor a la sangre de Cristo, juraron ante el altar con la mano sobre el Evangelio, primero en conjunto y luego de manera individual, guardar el más estricto secreto sobre lo acontecido en el lugar de la elección y desempeñar “fielmente” el papel de Pontífice si resulta electo por “disposición divina”.
Cónclave
La ceremonia comenzó a las 17:47 hora local, con el tradicional “Extra Omnes” pronunciado por el Maestro de Ceremonias, Diego Ravelli, que marcó el cierre de las puertas de la Capilla Sixtina y el inicio del cónclave.
El cónclave de este año es el más numeroso, internacional y diverso de la historia, con cardenales electores provenientes de 70 países. Para que uno de ellos sea elegido como el 267° pontífice de la Iglesia católica, deberá alcanzar al menos 89 votos, equivalentes a dos tercios del total.
Sin embargo, ninguno de los cardenales electores logró reunir los votos necesarios para convertirse en el sucesor del papa Francisco.
Fue así que pasadas las 21:00 hora local (15:00 en Chile), una densa humareda negra emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando que la votación inicial fue ineficaz, señal que llegó con más de tres horas de retraso respecto a lo estimado, generando impaciencia entre los más de 30.000 fieles y turistas congregados en la plaza de San Pedro.
¿Qué pasará ahora?
Las votaciones continuarán este jueves con dos rondas por la mañana y dos por la tarde. De no alcanzar un consenso tras tres días, se prevé una jornada de reflexión sin votaciones antes de retomar el proceso.
Si después de varias rondas sigue sin haber acuerdo, los dos candidatos con más votos se enfrentarán en una votación final, en la que igualmente será necesaria la mayoría absoluta.
Mientras tanto, los cardenales permanecerán dentro del territorio vaticano, incomunicados con el exterior bajo pena de excomunión.