Nepal propone nueva ley para frenar el turismo masivo en el Everest: exigirá experiencia previa, tasa ambiental y guía obligatorio

La masificación de visitantes, el aumento de la basura, el deshielo del glaciar Khumbu y los riesgos por atascos en la cima han llevado al Gobierno de Nepal a impulsar una ley que exige mayor experiencia y control ambiental para escalar el monte más alto del mundo.
Desde la histórica expedición de Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953, más de 7.000 personas han alcanzado la cumbre del Everest. Solo en 2024 lo hicieron 861 personas, una cifra cercana al récord.
El ascenso se ha vuelto más accesible gracias a nuevas tecnologías de aclimatación y una carretera que conecta Katmandú con el pueblo de Surkhe, la entrada al Everest. Esto ha permitido que el tiempo de expedición se reduzca a apenas dos semanas.
Los empresarios turísticos proyectan que el número de visitantes podría multiplicarse por diez, pasando de 50.000 a 500.000 anuales.
El impacto ambiental y humano
La masificación ha dejado una huella visible: desde 2019 se han recogido 19 toneladas de basura en el Himalaya. La contaminación generada por el uso de gas para cocinar y la falta de baños está acelerando el deshielo del glaciar Khumbu, donde se ubica el campamento base.
También aumentan los riesgos para los montañistas. En 2019, un atasco causó 354 ascensos en un solo día. En 2012, cuatro personas murieron esperando su turno en la “zona de la muerte”, ubicada sobre los 8.000 metros.
Cambios en marcha
Para controlar la situación, Nepal prepara una nueva ley. A partir de septiembre, los extranjeros deberán pagar 15.000 dólares por escalar el Everest en primavera. En otras estaciones, los permisos también aumentarán.
Además, el proyecto de ley propone requisitos más estrictos:
Haber subido antes una montaña de más de 7.000 metros.
Presentar un certificado médico.
Pagar una tasa ambiental (en reemplazo del depósito reembolsable).
Contratar seguro para recuperación de cadáveres.
Subir acompañado: un guía por cada dos escaladores.
Prohibición de escalar en solitario o transferir permisos.
“No se reembolsará el dinero a quienes no alcancen la cumbre”, señala el borrador. Las sanciones serán severas. En el caso de los extranjeros, podrían incluso quedar vetados de entrar a Nepal por cinco años.
Más que escalada: turismo en helicóptero
El parque nacional Sagarmatha no solo recibe escaladores. Cada año, más de 6.000 helicópteros sobrevuelan el área para mostrar la cima a turistas. Estos vuelos, especialmente a baja altura, alteran el ecosistema. La fauna se desorienta, huye de sus hábitats y aumenta el riesgo de accidentes con especies protegidas.
En 2024 se intentó restringir estos vuelos, pero la autoridad civil de Nepal revocó la medida.
Una montaña que exige respeto
“El proyecto es una buena decisión del gobierno”, afirmó el veterano montañista Mingma Sherpa. “Controlará las multitudes y reducirá los accidentes. También generará más empleos, ya que los escaladores deberán ascender otras montañas antes de intentar el Everest”.
Nepal busca recuperar el equilibrio entre la fama del Everest y su conservación. Convertirlo en un símbolo del turismo responsable será el nuevo reto de la cima más alta del planeta.
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