Una de las principales líderes de la izquierda latinoamericana y exguerrillero que condenó a Nicolás Maduro: La figura de José “Pepe” Mujica que impactó al mundo

De guerrillero tupamaro a presidente, José “Pepe” Mujica marcó la historia de Uruguay con una vida de lucha, austeridad y reformas progresistas, convirtiéndose en un referente de la izquierda latinoamericana y una voz crítica frente a los autoritarismos.
El 1 de marzo de 2010 José “Pepe” Mujica asumió como presidente de Uruguay. Sin embargo, su aparición en la política fue bastantes años atrás y si bien en un inicio se dedicó a la lucha democrática por llegar al poder, también promovió la lucha armada.
A partir de 1965 formó parte de la guerra de guerrillas en su país, participando del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, que batalló en una de las más grandes crisis sociales y económicas de Uruguay.
Antes del inicio de la dictadura uruguaya, Mujica pasó muchas veces por la cárcel, algo que se intensificó luego del golpe de Estado y posterior régimen dictatorial de Juan María Bordaberry. Allí, Pepe estuvo casi 15 años en prisión por su participación en la guerrilla.
Así, en 1985, con el regreso de la democracia en el país sudamericano, el uruguayo recibió la libertad producto la amnistía que se tramitó. Este cambio, además, significó su regreso a la política democrática.
El ascenso al poder
Con el regreso de las libertades políticas, Mujica junto a otros exguerrilleros formaron el Movimiento de Participación Popular (MPP), partido que era parte del Frente Amplio, siendo parte de la renovación de la izquierda uruguaya, que, esta vez, eligió las vías formales para llegar al poder.
De esta manera, Mujica llegaría a ser electo diputado por Montevideo en 1994 y posteriormente llegó al senado en 1999. En el parlamento, Mujica comenzó a tener más notoriedad en un momento donde la sociedad uruguaya se desencantó del gobernante Partido Colorado.
Sumado a ello, en 2005, el Frente Amplio finalmente llegó a la presidencia de la mano de Tabaré Vázquez, quien lo nombró, como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca hasta 2008.
Desde su estancia en la secretaría de Estado, Mujica mostró una figura cercana y humilde, que conectó con la ciudadanía, lo que le valió ser una de las principales figuras del Ejecutivo. De esta manera, Pepe fue electo como el candidato presidencial para el 2010, representando al Frente Amplio tras ganar las elecciones primarias.
Si bien la imagen del agricultor era bastante fuerte de cara a las elecciones, su victoria fue muy ajustada, venciendo a Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, con el 52% de los votos.
El presidente pobre
Durante su mandato, José Mujica reforzó una mirada progresista y austera, viviendo en su chacra y sin grandes ostentaciones, lo que le significó ser una de las principales figuras de la izquierda latinoamericana.
Así, inspiró a miles de militantes, incluso, siendo una de las principales influencias del movimiento estudiantil chileno que desembocó en el Frente Amplio criollo, y el gobierno del Presidente Gabriel Boric.
Por ejemplo, al momento en que Mujica afrontó la candidatura presidencial, dejó sus tradicionales vestimentas descuidadas, pasando a trajes con camisa, aunque al igual que el mandatario nacional, nunca usó corbata.
Durante su gobierno, se aprobaron una serie de reformas liberales, como el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y el Cannabis, además de reformas educacionales y el impulso de energías renovables y el cuidado al Medio Ambiente.
Su rechazo a los autoritarismos y críticas a su sector
El 2015, Mujica terminó su periodo presidencial, devolviéndoselo a Tabaré Vázquez, representando la continuidad del Frente Amplio en el poder, aunque tras diversas crisis internas, perdería la presidencia, tras la victoria de Lacalle Pou en el 2020.
Precisamente ese año, Mujica, a los 84 años, anunció que se retiraba de la política y de la vida pública, aunque antes de eso, se dedicó a opinar sobre distintos países, apoyando a candidatos de su sector.
Pese a ello, una de las últimas declaraciones políticas que tuvo fue sobre la situación en Venezuela. Si bien en un inicio apoyó a Hugo Chávez, con la llegada de Nicolás Maduro al poder, fue crítico y opositor al régimen.
En este sentido, catalogó como una “dictadura” al régimen chavista y llamó que el mismo pueblo venezolano debía resolver la situación, sin intervención internacional.
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