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Medio curso escolar de desventaja: Las consecuencias de un uso intensivo de la tecnología en clases

Un punto importante es que el impacto negativo del uso intensivo de la tecnología es más frecuente en los estudiantes de entornos vulnerables y en las chicas, replicándose esta tendencia tanto en España como en la mayoría de los países de la OCDE analizados.

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23 Mayo, 2025

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Según los resultados del último Informe PISA que evalúa regularmente a estudiantes de 15 años en más de 80 países, dio a conocer que las comunidades autónomas de España donde el uso de la tecnología en el aula es más frecuente , como Cataluña, el País Vasco y Navarra, son las que más han caído en el ranking de PISA en la última década.

Entre 2012 y 2022, estas regiones han visto disminuir sus puntuaciones en matemáticas, lectura y ciencias en más de 25 puntos. En Navarra y el País Vasco la caída del promedio fue de 27 puntos, mientras que en Cataluña de 26.

Investigaciones

Esto ha llevado a que distintos investigadores reabran el debate sobre el papel de la tecnología en las aulas, ya que lejos de ser una herramienta de mejora automática del rendimiento, los datos sugieren que un uso excesivo puede estar jugando en contra del aprendizaje. Lucas Gortazar, director adjunto de investigación de EsadeEcPol, advierte de que el uso de la tecnología en las salas de clases, si excede cierto punto, también parece ser un factor que influye negativamente en el desempeño.

Según una investigación liderada por las fundaciones Cotec e Iseak, los estudiantes españoles que utilizan tecnología todos o casi todos los días (de manera intensiva)  en clase presentan un rendimiento en matemáticas 22,5 puntos menor que aquellos que apenas la emplean, lo que equivale a medio curso escolar de desventaja.

Sin embargo, el estudio liderado por Lucía Gorjón y Ainhoa Osés muestra que un uso moderado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) , se asocia con un mejor rendimiento que su uso escaso o intensivo. En matemáticas, la diferencia entre quienes hacen un uso moderado y quienes no la usan es de hasta 32,5 puntos.

Por otra parte, la investigación revela que las bajas en los promedios por mayor uso de las TIC en clases , no solo es una situación de España, sino que es un escenario en el que se ven envueltos 22 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Factores externos que influyen

Un punto importante es que el impacto negativo del uso intensivo de la tecnología es más frecuente en los estudiantes de entornos vulnerables y en las niñas, replicándose esta tendencia tanto en España como en la mayoría de los países de la OCDE analizados.

Aunque las causas precisas aún no se conocen del todo, se apunta a factores como el “multitasking” o la distracción como posibles explicaciones. Para las autoras del estudio, Lucía Gorjón y Ainhoa Osés, es fundamental seguir investigando el tipo de herramientas digitales que se usan y el nivel de formación de los docentes que las implementan.

Mientras tanto, algunas comunidades con un uso más reducido de tecnología en clase , como Castilla y León, Cantabria o Asturias, se mantienen entre las mejor clasificadas en PISA. Incluso regiones con contextos más desfavorables, como Extremadura, han mejorado su rendimiento mientras mantienen un uso contenido de dispositivos en el aula.

Uso de las herramientas digitales

Según un informe publicado por la OCDE en 2024, con datos recopilados en 2022, la mitad del alumnado español usa herramientas digitales al menos una hora al día en el colegio, una proporción alineada con la media de la Unión Europea (50%) y algo por debajo de la media de la OCDE (55%).

Los países con mejor desempeño en PISA, como Estonia (47%), Irlanda (42%) y Suiza (47%), presentan tasas de uso diarias incluso menores. Finlandia, con un uso mucho más elevado (73%), representa una excepción, mientras que Polonia, en quinta posición del ranking, vuelve a mostrar una tasa inferior (45%). 

Finalmente, Lucas Gortazar señaló que las actuales herramientas de evaluación y de investigación permiten analizar no solo cuánto se usa la tecnología en las aulas, sino hacer un examen más fino, como “qué tipo de herramientas tecnológicas se utilizan y con qué finalidades pedagógicas”.

“El debate de pantallas fuera, pantallas dentro no creo que aporte nada a la mejora educativa”, porque sabemos que la tecnología puede o no ayudar, pero no sabemos como, concluyó Gortazar. 

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