Ada IV – Lovelace, opiáceos y delirio
A pesar de la lucidez científica cultivada por su madre, su comportamiento libertario y promiscuo hacían recordar a su padre. De hecho, la hija de Lord Byron moriría, como él a los 36 años. Y ella, aunque desde que huyó con su madre cuando tenía un mes de vida nunca más lo vio, pidió que la sepultaran junto a ese poeta del que, al final, fue imposible renegar.
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