Chespirito se despide de la televisión

En la memoria colectiva de América Latina hay un vecindario que nunca existió en los mapas, pero que millones de personas reconocen como propio. Allí, entre patios polvorientos, puertas de madera y un barril convertido en refugio, nació un mundo de risas, ternura y lecciones disfrazadas de juego. Ese universo se llamó Chespirito, y fue el hogar de personajes que se volvieron parte inseparable de la vida cotidiana de generaciones enteras y que, el 25 de septiembre de 1995, se despidió con la emisión de su último capítulo en México.

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