Con la actuación protagónica de Kat Sánchez, Oro Amargo apuesta por una narración de ritmo ágil, crimen e intriga, pero sin perder el sabor chileno. “Ella se echa al hombro la película y logra encantar al espectador”, señaló Francisco Melo.
“Queríamos que la gente entrara a la sala y que la película se les pasara volando, que se involucraran con los personajes”.
Sobre la experiencia de grabación, Melo mencionó que “los piques mineros generaban cierta claustrofobia; grabamos algunas escenas ahí y teníamos miedo de que, si ocurría un temblor, no podríamos salir fácilmente porque había muchos equipos y personas“.
“La fotografía, la actuación, las tomas y el arte, lograron generar una película que apasiona y atrapa desde el primer minuto“, mencionó.
Sobre el cine chileno, el actor destacó que “ha demostrado el tremendo potencial que hay en Chile, las tecnologías han ayudado a que las producciones sean más asequible. Eso ha generado que han salido jóvenes entregando grandes producciones“.
“La producción nacional va diversificando en un lenguaje tremendamente potente”, concluyó.