Antonio Becerro, director del Centro Experimental Perrera Arte, repasó la historia del espacio cultural y los procesos que han marcado su desarrollo.
Sobre el pasado del recinto, señaló: “El lugar tiene tres historias: primero fue el horno crematorio de basura de Santiago; luego, por descarte, pasó a ser la perrera municipal. Finalmente, entramos nosotros con la idea de recuperar y restaurar el espacio para trabajar con una verdad y convertirlo en el primer centro de arte experimental de Chile y de Latinoamérica.”
En relación al financiamiento, explicó: “Nunca nos cayó ni de los reyes, ni de la municipalidad, ni del gobierno ni de nada. Nosotros somos, en cierto sentido, como la carpa de Violeta Parra; ha sido un lugar marginado.”
Respecto a la actualidad del proyecto, destacó: “Hoy día lideran el equipo las mujeres, ese es un proceso largo. La impronta que le da el carácter de las mujeres ha sido muy potente en este cambio, en esta transición. (…) Tiene un pasar que es diferente a cualquier otra galería o museo.”