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La palta: El “diamante de sangre” para el medio ambiente

Paltas HANS SCOTT / AGENCIAUNO

“Me impactó el hecho de que no asociamos el aguacate con el cambio climático o deforestación porque es un símbolo de la salud en el mundo occidental”, aseguró a AFP, JP McMahon,chef irlandés ganador de un estrella michelín.

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30 Enero, 2019

Si bien la palta es uno de los frutos más demandados en el país, lo cierto es que existen detractores debido al impacto negativo en el medio ambiente que ha generado la explotación en naciones productoras como México, Chile, Perú o Colombia.

JP McMahon,chef irlandés ganador de un estrella michelín, aseguró que la palta lo nombro como un nuevo “diamante de sangre”, anunciando que dejaría de servir la cotizada fruta en sus restaurantes en Galway, en la costa oeste de la isla. Otros le siguieron.

“Me impactó el hecho de que no asociamos el aguacate con el cambio climático o deforestación porque es un símbolo de la salud en el mundo occidental”, aseguró McMahon a la AFP

En el caso del Chile, el problema de la palta es que ha provocado la sequía de Petorca, por lo que ha dejado sin agua para su consumo a las comunidades cercanas al territorio.

Un  30,5% de la producción de este fruto es realizado en Petorca, en donde cada uno de los árboles que producen este alimento necesitan unos 100.000 litros de  agua diarios para sobrevivir, por lo que se ha trasformado en un conflicto socio ambiental.

En la temporada 2017-2018, el país produjo cerca de 225.000 toneladas de esta fruta, según el Comité de Palta Hass Chile. Un 30% fue destinado a territorio local y un 70% restante fue exportado principalmente a Europa, Estados Unidos, China y Argentina.

Rodrigo Mundaca, vocero y fundador de Modatima, organización de defensa del agua, aseguró que “los cultivos de palta se extienden en la actualidad por unas 9.000 hectáreas y el 60% de la superficie está establecida en zonas que no son propiamente de cultivo. En la década de 1990, no llegaban a las 2.000 hectáreas”. 

Modatima sostiene que para poder mantener estos cultivos se llevan a acabo “prácticas impropias” como drenar ríos y construir obras de ingeniería para capturar el agua subterránea.

 

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