The Economist sobre el proceso de la nueva Constitución: “Si lo hace bien, Chile volverá a ser un modelo para la región”

Imagen: The Economist

“Aunque muy enmendada, la constitución actual tiene el pecado original de ser creación de Pinochet”, es parte de lo que sostiene la publicación, que abarca el proceso constituyente y la retirada de la estatua de Baquedano.

Un nuevo artículo sobre lo que sucede en Chile fue publicado por la revista británica The Economist, el cual enmarca las elecciones que se llevarán a cabo el próximo 10 y 11 de abril.

Uno de los hilos conductores que usó fue la estatua del general Baquedano, recientemente retirada de la “plaza que marca el corazón emocional de Santiago”, la cual se convirtió en un objetivo y “símbolo de un orden establecido que algunos consideran intolerable”.

The Economist remarca este lugar como el sitio donde desde fines de 2019 se desarrolló un “vandalismo violento” pero también las “protestas pacíficas”.

“Para los conservadores, su remoción representó la derrota del gobierno de centro derecha de Sebastián Piñera por la turba. Sin embargo, el símbolo más poderoso puede ser el pedestal de piedra vacío que dejaron los soldados. Chile se está embarcando en un proceso de redefinición potencialmente constructivo, con la elección el 10 y 11 de abril de una convención para redactar una nueva constitución. Muchos esperan que esto aísle a los violentos y forje un nuevo contrato social que forme un país más justo, pero aún capitalista”.

Sobre el camino constitucional que vive el país, el medio sostiene que “muchos esperan que esto aísle a los violentos y forje un nuevo contrato social que forme un país más justo, pero aún capitalista”.

“Aunque muy enmendada, la constitución actual tiene el pecado original de ser creación de Pinochet. A menudo también se denuncia como un documento “neoliberal”. Bajo sus auspicios, la dictadura asignó un papel importante al mercado en la provisión de pensiones, atención médica y educación. Sin embargo, sus mayores defectos son que tiene intereses creados arraigados y hace que algunas leyes sean demasiado difíciles de cambiar”.

“Algunos creen que la regla de los dos tercios conducirá a un documento minimalista, que para América Latina, donde las constituciones tienden a ser prolijas, sería verdaderamente revolucionario. Pero también es posible que los tira y afloja desencadenen en una exuberancia de cláusulas”, agrega sobre cómo se discutirán y aprobarán o rechazarán las propuestas.

Aún así, destaca que “al final, la prueba más importante será si la convención restablece la confianza en la política democrática y produce un plan factible para el cambio. Si lo hace bien, Chile volverá a ser un modelo para la región”.