El riesgo país sigue escalando ¿por qué?

Los expertos apuntan que la mayor influencia vendrá desde lo externo, pero también con injerencia desde lo interno, ya que es el factor que puede manejar de manera más directa.

El 2022 está presentando un mejor escenario fiscal para Chile, pero el deterioro del crecimiento en la economía mundial, la baja perspectiva del PIB chileno, una política monetaria más restrictiva en los principales países del mundo y el clima de incertidumbre política interna tienen al riesgo país en niveles máximos en 13 años.

El Credit Default Swap de Chile (CDS, un instrumento financiero que mide el riesgo de impagos), alcanzó los 178 puntos, su mayor nivel desde el 2 de abril de 2009, en plena crisis subprime.

El riesgo país había descendido desde 145 a 116 puntos tras el triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida, pero tras eso comenzó una rápida escalada.

Escenario local y mundial

“Detrás del incremento en el premio por riesgo se identifican factores locales y externos, sostuvo Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, en La Tercera.

En lo local, explica que “se reconoce una economía más vulnerable, dando cuenta de la incertidumbre política, que si bien se ha reducido sigue estando presente, mercado de capitales golpeado y un crecimiento de largo plazo que se ha reducido a cifras en torno a 2%”. Y en lo externo menciona “mayores riesgos y condiciones financieras más estrechas afectando el costo de financiamiento externo”.

Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, sostuvo que “el alza de las tasas de los bonos a 10 años en Estados Unidos y el Reino Unido han generado mayor preocupación sobre la posibilidad de que más países puedan entrar en recesión en 2023, lo que ha elevado el riesgo para los países emergentes”. En lo interno “hay creciente preocupación sobre la estabilidad de las finanzas públicas en un contexto de reformas radicales a los impuestos y la seguridad social”.

La economista del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), Carolina Molinare, apunta a lo externo: “Se ha visto un alza en los CDS de las economías emergentes, lo cual ha respondido a factores como la crisis del Covid 19, la guerra entre Rusia y Ucrania y la apreciación del dólar que castiga a las economías”.

“El alza responde principalmente al último dato de inflación de Estados Unidos, el cual genera una expectativa de una respuesta más agresiva frente a la inflación por parte de la Reserva Federal”, agregó.

Perspectivas a futuro

Desde las finanzas públicas al menos hay miradas alentadoras, ya que en 2022 habrá cifras positivas en el balance efectivo y estructural, una situación que en el caso de este ultimo factor, no se veía desde hace 15 años, en 2007.

Además, la deuda pública subirá menos de lo que se tenía contemplado. El Informe de Finanzas Públicas del segundo trimestre tenía previsto para este año una deuda del 38% como porcentaje del PIB, pero ahora será 36%, mientras que para 2023 en vez de ser 40,4%, será 38,7%.

La situación anterior también tiene repercusiones de mediano plazo, ya que si antes se proyectaba que la deuda llegaría a 43,1% en 2026, ahora llegará solo a 40,9% del PIB.

En cuanto al riesgo país, los expertos apuntan que la mayor influencia vendrá desde lo externo, pero también con injerencia desde lo interno, ya que es el factor que puede manejar de manera más directa.

“Del lado externo, los riesgos tienen sesgo negativo (…) Eso dependerá de los próximos registros inflacionarios en Estados Unidos y de la evolución de los riesgos geopolíticos”, comentó Lehmann, quien agrega que en lo interno “será clave la forma en que enfrentamos los desafíos en materia constitucional y las reformas que están sobre la mesa. Si predomina una mirada constructiva, con perspectiva de largo plazo, cuidando la salud del mercado de capitales y apuntando a recuperar el crecimiento, podría verse una caída en el riesgo país”.