Los estudiantes de intercambio ya no quieren (ni pueden) ir a universidades estadounidenses

El complicado escenario de estudiantes de intercambio en EE. UU.
El golpe no es menor, ya que muchas universidades dependen de las matrículas de estudiantes de intercambio, que suelen pagarse a precio completo y financian parte de la ayuda económica de estudiantes locales.

Las universidades de Estados Unidos están enfrentando un fuerte retroceso en la llegada de estudiantes de intercambio. Lo anterior se relaciona directamente con las medidas que ha implementado el presidente Donald Trump.

Entre las restricciones migratorias del gobierno estadounidense, los retrasos en la entrega de visados y un ambiente político percibido como hostil, miles de jóvenes están optando por no iniciar o incluso abandonar sus planes de estudio en el país norteamericano. 

“Hay personas que quieren ir a Harvard y a otras universidades, pero no pueden entrar porque hay estudiantes extranjeros”, dijo Trump. “Pero quiero asegurarme de que los estudiantes extranjeros sean personas que puedan amar a nuestro país”, agregó.

¿Quiénes son los principales afectados?

Según un artículo de The New York Times, muchos estudiantes iraníes no asistirán a clases. Desde Afganistán tienen problemas para llegar a los campus universitarios, mientras que chinos e indios, los dos grupos más numerosos en el sistema universitario estadounidense, llevan meses sin conseguir citas para entrevistas consulares.

Según la Asociación de Educadores Internacionales (NAFSA), la matrícula de nuevos estudiantes internacionales podría caer hasta en un 40% este otoño, lo que equivaldría a 150.000 alumnos menos. “Son literalmente algunos de los mejores del mundo”, advirtió Wendy Wolford, vicerrectora de Cornell.

Efectos en las universidades

El golpe no es menor, ya que muchas universidades dependen de las matrículas de estudiantes de intercambio, que suelen pagarse a precio completo y financian parte de la ayuda económica de estudiantes locales. La Universidad Estatal de Arizona, por ejemplo, reportó 500 alumnos extranjeros menos que el año pasado, cifra que principalmente se vió aumentada por los retrasos en los visados.

Más allá de lo económico, el clima político también está desalentando a los jóvenes. “Los estudiantes internacionales siempre habían estado muy seguros al saber que entendían las reglas del juego, y el año pasado las reglas cambiaron drásticamente”, explicó Wolford. Muchos temen quedar atrapados en EE. UU. sin poder viajar a ver a sus familias o acceder a programas de prácticas.

Por ejemplo, Noushin, estudiante iraní aceptada en la Universidad de Carolina del Sur, ve truncados sus proyectos académicos sin siquiera saber si obtendrán visado. Otros, como Pouria, admitido en la Universidad de Texas en Austin, esperan desde hace más de un año una resolución que no llega.

¿A dónde están prefiriendo ir los estudiantes?

La situación ya está teniendo consecuencias, de hecho más estudiantes están eligiendo universidades en Europa o Asia, debilitando el atractivo de EE. UU. como destino académico global.

Y aunque Trump asegura que las medidas buscan proteger la seguridad nacional y dar prioridad a los estudiantes estadounidenses, expertos y abogados denuncian que se trata de una política ideológica que erosiona la imagen internacional del país.

En ese sentido, el director ejecutivo del Instituto Knight de la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia, Jameel Jaffer señaló que esta “es una práctica que normalmente asociaríamos con los regímenes políticos más represivos