En el marco de su denominada guerra cultural, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revisará los museos nacionales como el Museo Smithsonian.
Tras las medidas contra las universidades, la administración republicana instruyó al Instituto Smithsonian a realizar “correcciones de contenido” en sus exhibiciones, incluyendo la eliminación de lenguaje considerado “divisivo”.
¿Qué acusa Trump?
Fue mediante su red social Truth Social, que Trump acusó que las instituciones culturales ofrecen una visión demasiado negativa de la historia estadounidense, centrada en “cuán mala fue la esclavitud” y en los abusos cometidos, y no en los logros y el “excepcionalismo” del país.
Además, el mandatario estadounidense, señaló que “el Museo Smithsonian está FUERA DE CONTROL, donde todo lo que se discute es cuán horrible nuestro país es (…) Nada sobre éxito, nada sobre su brillo, nada sobre el futuro”.
La Casa Blanca confirmó, a través de una carta enviada el 12 de agosto por la Oficina de Administración y Presupuest, que ocho museos nacionales, entre ellos el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana y el Museo Nacional de Historia Americana, debían entregar en 30 días detalles sobre sus exposiciones y planes de cara al 250° aniversario de EE.UU.
De esa forma, “garantizar la alineación con la directiva del presidente de celebrar el excepcionalismo estadounidense, eliminar las narrativas divisivas o partidistas y restaurar la confianza en nuestras instituciones culturales compartidas”.
La medida se suma a los recortes de fondos federales aplicados este año a universidades y programas culturales, en línea con la ofensiva republicana contra las políticas de diversidad, equidad e inclusión.
En mayo, NBC News ya había detectado el retiro de al menos 32 artefactos del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, entre ellos un libro de himnos perteneciente a Harriet Tubman, ícono de la lucha contra la esclavitud.
¿Qué dicen los expertos de esta medida?
Expertos han cuestionado la viabilidad y motivaciones de este proceso. En ese sentido, Janet Marstine, experta en ética museística, advirtió que los plazos y exigencias “preparan al Smithsonian para el fracaso”.
“Nadie podría proporcionar ese tipo de materiales de una manera tan completa, en tan poco tiempo, y por lo tanto es una tarea imposible”, agregó.
En esa misma línea, el historiador presidencial, Douglas Brinkley, expresó: “Es el epítome de la estupidez criticar al Smithsonian por abordar la realidad de la esclavitud en Estados Unidos”, recordando que se trata de un aspecto definitorio de la historia nacional.
Por su parte, Quentin James, activista y cofundador de The Collective, sostuvo que los dichos de Trump son un intento de proteger la “fragilidad blanca”. “Para todos nosotros, es un ataque a nuestra historia y un ataque a lo que sabemos que es verdad”, dijo James, mientras que para Trump se trata de “el agravio de los blancos y él y su ejercicio de autoridad”.