Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadanía
Era 1791, y París ardía en pasiones y clamores. En las calles, el eco de la Revolución recorría las piedras húmedas y los cafés oscuros; los hombres discutían sobre derechos, soberanía y libertad como si fueran pan, vino o pólvora. Francia se pensaba a sí misma como un cuerpo recién nacido, pero había algo fundamental que faltaba: la mitad femenina, silenciada y olvidada, relegada a las sombras del hogar.
Síguenos en nuestro canal de Whatsapp:
Whatspp