La primera publicación de Mafalda

Un día como hoy, una niña se sentó en su banquito de historieta para mirar el mundo con ironía. Su nombre era Mafalda. Tenía el pelo negro, un vestido simple y un gesto entre curioso y desafiante. No gritaba ni hacía discursos; preguntaba. Y esas preguntas, lanzadas en viñetas blancas y negras, se convirtieron en un espejo incómodo del mundo de los adultos.