Las claves de la crisis política en Burkina Faso

Los manifestantes pro democracia hicieron escuchar sus demandas tras 27 años de gobierno de Blaise Compaoré. Sus reivindicaciones, la historia de este país africano y la razón para revelarse ahora, en esta nota de la periodista Valentina González en Duna en Punto.

Escucha aquí la nota de la periodista Valentina González:

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“No toques el artículo 37” es el lema que por estos días, moviliza a millones en África. Les tomó 27 años lograrlo, pero lo hicieron: los burkineses se alzaron en contra del gobierno de casi tres décadas de Blaise Compaoré, justo a tiempo para impedir una nueva reelección en el cargo.

El mandatario se vio obligado a decretar el estado de emergencia, luego de que millones de manifestantes rodearan varios edificios del gobierno en la capital de Burkina Faso, Uagadugú. Ante la sola posibilidad de que los diputados aprobaran una reforma que podría permitir la continuidad del mandatario a la cabeza del gobierno, los burkineses reaccionaron.

LOS DESÓRDENES QUE DEJARON LAS PROTESTAS

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Corría 1987, cuando Blaise Compaoré llegó al poder. Gracias a un sangriento golpe de Estado, el entonces presidente del Frente Popular sacó del camino a Thomas Sankara, más conocido como el Ché Guevara africano. Mientras que Sankara le dio la pelea al imperialismo y la corrupción, Compaoré se adaptó a la situación. Lejos de querer cambiarla, se acomodó.

Lo de Burkina Faso, en todo caso, no es ninguna excepción dentro de la inestabilidad política de África. Casos como el de Senegal nos hablan de una nueva generación de jóvenes con aspiraciones democráticas y llenos de energía para propagar sus ideas en Internet; mientras que países como Guinea Ecuatorial, ya toman nota del camino que emprenden los burkineses.

Aunque los manifestantes ya hayan logrado sacar a Blaise Compaoré del poder, ese era apenas el primer obstáculo que deberán enfrentar. Los militares, son el segundo: mientras que los opositores al gobierno piden que sea un civil el que ocupe el cargo de presidente, el teniente coronel Yacouba Isaac Zida ya se autoproclamó presidente interino durante la transición, que duraría al menos 1 año.

El derrocado mandatario, se limita a observar lo que ocurre desde Costa de Marfil. Mientras que los burkineses ponen a prueba la voluntad que han reunido en los últimos 27 años, de lo que no cabe duda es que el nuevo mandatario no tendrá las cosas fáciles.

Ya sea civil o militar,  le tocará conducir un país que puede haber despertado a la vida política democrática, pero que sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, con una esperanza de vida de menos de 50 años y un ingreso per cápita que apenas llega a los 700 dólares anuales.

FOTO: La Tercera