Jaime Rosales y las barreras para obtener una patente de alcohol

Jaime Rosales, habló sobre la dificultad que tienen los restaurantes para obtener las licencias de alcohol, según esto señaló que adquirir una es: “El santo grial al que queremos llegar, pero es casi inalcanzable.”

El arquitecto gastronómico, Jaime Rosales, se refirió a uno de los temas que afectan directamente a los emprendedores que buscan abrir una cafetería, restaurante o fuente de soda: la burocracia asociada a la obtención de patentes comerciales y de alcohol. Según el especialista, esta situación provoca que muchos negocios pequeños no logren sostenerse incluso antes de abrir sus puertas.

Respecto a las patentes comerciales señaló que la normativa es estricta a la hora de abrir un local: “Desde lo macro, el proyecto gastronómico que abordes, lo abordas pensando en que tienes que pasar sí o sí por la municipalidad. No es algo por lo que puedas optar.”


Además, agregó que según las características del negocio dependen los tipos de requisitos para obtener un permiso: “Tú vendes un producto que ya viene envasado, por ejemplo, un brownie, un muffin y un café. Si yo elaboro y hago un huevo revuelto, ya es elaboración de alimentos y es otro mundo. (…) Tiene que venir un seremi de Salud, vienen con una lista completa y te revisan todo. Lo que hacen es asegurarse de que tus trabajadores trabajen en buenas condiciones.”


Dentro de la misma línea, un aspecto que ha llamado la atención el útimo tiempo, es la demora en tramitar una licencia para vender alcohol en un restaurante, según esto señaló que es: “El santo grial al que queremos llegar, pero es casi inalcanzable. (…) Me voy al departamento de patentes y les digo: ‘Tengo mi revisión final, quiero mi patente’. Y recién ahí entra a consejo, y para que ellos decidan si te la dan o no, tiene que sesionar. Hay municipalidades que sesionan una vez a la semana, y si entraste en lista de espera, te puedes demorar tres meses o más.”


Asimismo, agregó que: “Existe una manera de ayudar a esas personas que están al último, pegándose el portazo en la cara, y es que todo se puede averiguar antes. El tema es que nadie sabe a dónde ir a preguntar, y es gratis, eso es lo más importante.”