Steven Demetre Georgiou, más conocido como Cat Stevens, conquistó la escena musical británica en la década del 60 con su carisma y composiciones inolvidables. Su apodo artístico surgió de una observación de su novia de entonces, quien decía que tenía “ojos de gato”. Así nació “Cat Stevens”, nombre que lo acompañaría en su cresciente carrera dentro del folk rock.
Sin embargo, detrás del éxito y la popularidad, el músico atravesaba profundas inquietudes personales. Tras sufrir tuberculosis en 1969, enfermedad que lo mantuvo al borde de la muerte, Stevens inició un camino de búsqueda espiritual. Se interesó por el yoga, la metafísica y distintas religiones, e incluso adoptó el vegetarianismo.
El punto de quiebre llegaría años después. En 1976, durante unas vacaciones en Malibú, el artista vivió un dramático episodio al ser arrastrado por las olas. Según relató, al sentirse perdido, lanzó una súplica: “Dios, si me salvas, trabajaré para ti”. Una corriente inesperada lo devolvió a la orilla.
Ese episodio lo llevó a profundizar sus estudios espirituales. Su hermano David, quien se había convertido al judaísmo, le regaló un ejemplar del Corán. Esa lectura lo impactó profundamente. Steven se sintió reflejado en la figura bíblica de José —Yusuf, en árabe—, vendido como esclavo y convertido en un “objeto de consumo”, sensación que él mismo sentía en la industria musical.
Finalmente, el 23 de diciembre de 1977, Steven Georgiou abrazó el islam y adoptó el nombre de Yusuf Islam. En 1978, oficializó su cambio de nombre y se retiró temporalmente de la música. Aunque su Iman le dijo que podía continuar componiendo mientras sus canciones fueran moralmente correctas, Yusuf decidió alejarse de la industria, sintiendo que su nueva fe no era compatible con la vida artística que llevaba.
No obstante, su silencio musical no fue eterno. A comienzos de los 2000, volvió gradualmente a la escena, lanzando An Other Cup en 2007, ya bajo su nombre islámico. Desde entonces, ha publicado nuevos trabajos y hasta se presentó en el Festival de Viña del Mar en 2015, demostrando que su historia con la música sigue viva, ahora en sintonía con su fe y sus convicciones.