Desde las siete de la mañana de este marte, Israel vota la continuidad o el cambio de su próximo Gobierno.
Más de cinco millones de electores y 10.119 urnas determinarán esta jornada si el país sigue el camino del líder del Likud, Benjamin Netanyahu, que iniciaría así su cuarto mandato (tercero de forma consecutiva) como primer ministro o apuesta por el cambio que representa el líder del ‘Campo Sionista’, Isaac Herzog.
Hasta ahora, los sondeos indican una ligera ventaja del aspirante de centro izquierda, pero Netanyahu es un claro líder de coaliciones.
La votación se considera un referéndum a la política y figura de Netanyahu, quien abrazar la derecha nacionalista para asegurar su voto y evitar el triunfo de la oposición.
“El primer teléfono que haré esta noche será a Miriam Peretz (madre israelí que perdió a dos hijos suyos cuando servían en el ejército) y el segundo será a Naftali Bennett (líder del partido ‘Hogar Judío’) para que formemos un Gobierno del campo conservador”, afirmó Netanyahu, haciendo un guiño a la derecha más nacionalista.
“Debemos evitar por la seguridad de Israel que el gobierno de izquierdas con el voto de los árabes asuma el poder. Herzog cederá a todo“, es el mensaje del Likud.
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