Ingrid Bachmann sobre Salir del infierno: “Una me dijo ‘Yo no soy delincuente, yo cometí un delito’”

“Las mujeres que pasan por la cárcel, la cárcel es solo un momento, hay un antes y un después que es muy marcador. A ella le preocupaba más esa mirada longitudinal, más de historias de vida que de las condenas”, señaló Ana María Stuven.
La académica Ana María Stuven, doctora en historia y directora de la Corporación Abriendo Puertas, junto a Ingrid Bachmann, doctora en periodismo y directora del Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (NUDOS), reflexionaron sobre su libro Salir del infierno: Historias de mujeres y cárcel.
Bachmann resaltó la importancia de comprender estas experiencias más allá del encierro y dijo que “Ana María llegó con la idea de que había que estudiar esto en todas sus dimensiones y su transversalidad. Las mujeres que pasan por la cárcel, la cárcel es solo un momento, hay un antes y un después que es muy marcador. A ella le preocupaba más esa mirada longitudinal, más de historias de vida que de las condenas. En estos testimonios descubrimos que, efectivamente, son vidas muy marcadas permanentemente, vidas cautivas tempranamente. Hay distintos cautiverios, y la cárcel es solo uno.”
Asimismo, Stuven explicó la metodología utilizada en la construcción del libro, subrayando que no se trató de un registro lineal de entrevistas. “No es una recopilación de entrevistas que están puestas en el libro, sino que la metodología fue insertar fragmentos que nos permitieran a nosotros relacionarnos con el lenguaje de ellas; no editarlos, sino que realmente quedaran tal cual e insertarlos en un relato académico, donde pudiera aparecer una visión del problema general que permitiera que el relato transcurriera desde los distintos momentos de su vida: infancia, cárcel, reinserción”, señaló.
La historiadora se refirió a la complejidad de las trayectorias personales de estas mujeres y cómo el daño se transforma en un patrón que reproduce violencia. “Son personas dañadas que dañan. Para las cuales el daño no es algo que ellas valoran como algo que tú hubieras valorado. Las personas, cuando han sido abusadas, pierden un poco la condición de evaluar el daño que hacen”, dijo Stuven.
Finalmente, Bachmann remarcó la necesidad de reconocer el carácter estructural del problema y la invisibilidad de esta población. “Yo creo que lo que hay es un problema estructural. Es una población que está invisible, que la ignoramos. Una me lo dijo muy bien cuando dice: ‘Yo no soy delincuente, yo cometí un delito'”, manifestó la periodista.
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