Silvio Cuneo: “La cárcel nunca ha sido un sistema de control de la delincuencia, siempre ha sido un sistema de control y gestión de la pobreza”

El abogado y autor del libro “Cárceles y Pobreza. Distorsiones del populismo penal” criticó el funcionamiento de las cárceles chilenas y dijo que “fomentar el encarcelamiento masivo significa violar sistemáticamente los derechos humanos”. https://www.duna.cl/media/2018/08/47514_TERAPIA-MARTES-07-AGOSTO.mp3?_=1

El abogado Silvio Cuneo, autor del libro “Cárceles y Pobreza. Distorsiones del populismo penal”, conversó con Terapia Chilensis sobre los factores que influyen en la crisis carcelaria que se vive en Chile.

“El miedo al delito es algo que no responde tanto a la realidad sino que a una construcción mediática. El problema es que nuestros legisladores y los gobiernos han decidido enfrentar el miedo al delito, y han legislado de manera populista e irresponsable votando normas que han aterrizado en el encarcelamiento masivo”, acusó el académico de la Universidad Central.

“Existe una sensación de impunidad. El concepto de puerta giratoria es un concepto mediático que se impuso de forma tal, que incluso en el mensaje presidencial de su segunda agenda corta, Bachelet dice que una de las finalidades es trancar la puerta giratoria”, agregó.

Sobre lo mismo, Cuneo enfatizó en que el “encarcelamiento es sumamente selectivo”, ya que las personas más adineradas o con más poder no van presos. También afirmó que “la cárcel nunca ha sido un sistema de control de la delincuencia, siempre ha sido un sistema de control y gestión de la pobreza“.

“Esto lo podemos ver, por ejemplo, a propósito del caso Penta. Delitos sumamente graves , autores que debieron cumplir penas efectivas, se les da una salida ridícula e irrisoria en comparación con la dureza de nuestro sistema penal. Porque se considera que estos no son delincuentes; son errores de caballeros y la cárcel no está hecha para ellos”, ejemplificó.

Finalmente, el abogado se refirió a las ideas que han surgido para solucionar el tema. Y, en particular, a la posibilidad de que privados ofrezcan servicios carcelarios.

“Veo con muy malos ojos que existan cárceles concesionadas. Sin embargo, hay que ser prudente porque la cárcel es principalmente criticable por su inhumanidad. Y si una cárcel concesionada puede ser menos inhumana que una cárcel pública, no tendríamos que oponernos a priori. Pero, insisto, no hay cárcel buena. Lo que debería hacer el Estado es disminuir el número de encarcelamientos (…) Fomentar el encarcelamiento masivo significa violar sistemáticamente los derechos humanos“, finalizó.