Sylvia Plath le escribe a su madre antes de morir
La fascinante poeta norteamericana le escribe a su madre en 1963, poco antes de quitarse la vida.
La fascinante poeta norteamericana le escribe a su madre en 1963, poco antes de quitarse la vida.
Mentes extraordinarias intercambian cartas. “Creo que nos tenemos que oponer a la guerra como hombres de ciencia. Los científicos tienen una responsabilidad especial, su trabajo ha causado el peligro actual”, le escribió Russell a Einstein y éste último le respondió que encantado firmaría la petición.
El compositor austriaco vive en Estados Unidos donde avanza en sus últimos trabajos aquejado de una enfermedad. Cuando sabía que se acercaba el fin le escribe a Alma para decirle que aún la ama.
El poeta chileno se dedicó a escribir cartas a mujeres imaginarias, como la que le escribió a gabriela Mistral cuando esta ya había fallecido. Aquí le escribe a Consuelo, dramatizando y desdramatizando, y afilando su poesía.
En 1965 las fiestas a las que todos querían ir ocurrían en el departamento del padre del pop-art. Bob Dylan, Mick Jagger y los jóvenes Velvet Underground eran parte de los asistentes de las altas noches que se desarrollaban en el edificio habitacional. Luego de tres años aguantando la juerga, los vecinos se quejan con la inmobiliaria, la que le escribe una carta de advertencia al platinado anfitrión.
El padre del psicoanálisis se enamoró de una joven que venía de una acomodada familia. Con ella intercambió mil cartas de amor. Una de ellas, la lee Bárbara Espejo.
En 1867 la ludopatía lleva al escritor ruso hasta el borde del abismo, y en una carta le confiesa a su mujer sobre la envergadura del desfalco. “Perdóname, he cometido un crimen. ¿Cómo voy a poder mirarte ahora?”.
1879. Luego de la muerte del Comandante de La Esmeralda en el Combate Naval de Iquique, el capitán del Huáscar le escribe a Carmela Carvajal para contarle de la actitud heroica de Prat. “Su muerte amargó esta victoria”.
A 20 días de que se convirtió en la primera mujer en cruzar el Atlántico y de que se perdiera su rastro en el Pacífico en un Lockheed modelo 10 Electra, su marido recibe una carta de una niña de 15 años, que quizás solo intentaba aquietar su tristeza.
En 1969 Helene Hanff recibe una última respuesta y luego le pierde la pista a su librería favorita, hasta que recibe finalmente estas terribles noticias.