“¡Hamás fuera!”: las consignas en las calles
Testigos y publicaciones en redes sociales confirmaron que los manifestantes quemaron neumáticos y sostenían pancartas con mensajes como: “Alto a la guerra”, “Nos negamos a morir” y “La sangre de nuestros hijos no es barata”.
También un testigo señaló que la manifestación fue espontánea a raíz del cansancio de la gente y porque no tienen a dónde más ir. Otro manifestante, declaró a AP: “Estamos hartos de los bombardeos, los asesinatos y los desplazamientos. Es el único partido al que podemos influir. Las protestas no detendrán la ocupación (israelí), pero sí pueden afectar a Hamás”. Según él, la protesta comenzó con unas pocas decenas de personas. Luego, creció hasta reunir a más de 2.000.
Reacción de Hamás: “Agendas políticas sospechosas”
Desde Hamás, las reacciones fueron rápidas. Basem Naim, alto funcionario del grupo, dijo a Reuters: “La gente tenía derecho a manifestarse por el sufrimiento infligido por la guerra”, pero también denunció: Que hay “agendas políticas sospechosas” que estarían explotando la situación. “¿De dónde son? ¿Qué está pasando en Cisjordania? ¿Por qué no protestan contra la agresión allí o permiten que la gente salga a las calles a denunciarla?” dijo.
Sami Abu Zuhri, otro dirigente, calificó a los manifestantes como “megáfonos israelíes”. Osama Hamdan, también parte de Hamás, acusó a Israel de “iniciar las protestas”. Según la agencia Ansa, algunos protestantes incluso lo insultaron por pedir “firmeza palestina” desde el extranjero.
Israel y Fatah reaccionan
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que las protestas prueban que su ofensiva “estaba funcionando”.
Por otro lado, Fatah, grupo rival de Hamás que lidera la Autoridad Palestina en Cisjordania, le pidió al grupo islamista “responder al llamado del pueblo palestino en la Franja de Gaza”.
Un grito colectivo por paz y cambio
Las protestas en Gaza reflejan un nuevo quiebre interno. No solo son un llamado al fin de la ocupación y de los bombardeos israelíes. También son un grito desesperado por cambiar un liderazgo que muchos ya no consideran legítimo.
La población civil, atrapada en el medio del conflicto, busca sobrevivir, ser escuchada y recuperar la esperanza de una vida en paz.