Los tiernos consejos de John Steinbeck a su hijo enamorado
“Regodéate en ese amor, agradécelo y vívelo con alegría”, le escribió el Premio Nóbel de Literatura.
“Regodéate en ese amor, agradécelo y vívelo con alegría”, le escribió el Premio Nóbel de Literatura.
“Estoy condenado a que no se me entienda bien. Estoy condenado a vivir en soledad, somo si fuese un desterrado”, les escribió uno de los compositores más importantes de la historia de la música.
“Señor Henry Ford, ahora que aún tengo aire en los pulmones me gustaría decirle lo chulo que es ese coche que ustede fabrica. Yo solo conduzco Ford, siempre que puedo hacerme de uno”, escribió uno de los delincuentes más famosos de la historia.
“Yo no nací para ser atleta. Nací para ser compositor y lo seré. Te lo aseguro”, escribió a su madre el compositor que ganó el Premio Pulitzer de Música.
“Como la palabra guionista me gusta más que redactor, he decidido dejar mi empleo en una agencia de publicidad de Nueva York, y probar suerte en Hollywood”, escribió a cada director y productor cuyo contacto pudo conseguir.
“Si se deja crecer barba yo también votaré para usted”, escribió la pequeña Grace de 11 años al candidato. Pocos días después Lincoln le respondió y terminó dejándose crecer la barba.
“Lo que sufro personalmente viendo al Führer es algo que no puedo describir”, escribe la esposa del líder del nazismo.
“Si alguna vez tienen que leer esta carta será porque yo no esté entre ustedes (…) Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa (…) crezcan como buenos revolucionarios”, escribió Ernesto Che Guevara dos años antes de ser fusilado.
Aunque al comienzo nadie lo quiso publicar, ese rollo continuo que fue escrito en un viaje durante 20 días sin parar, en 1957 se convirtió en la biblia de la generación beat.
“No se decirte nada con palabras y cuando lo hago por teléfono sale espantosamente mal. Porque contigo es preciso hablar de un modo asombroso”, dice el escritor ruso a la que se convertiría en su esposa, traductora y defensora de toda su obra.