La gran incógnita: ¿Cómo serán los primeros días de la administración Trump?

El presidente electo ya entregó un lineamiento sobre cuáles serán sus decisiones.

Su primer discurso como presidente electo, acompañado por su compañero de fórmula y por su familia, fue sorprendentemente conciliador. Su segunda intervención, luego de las palabras de Barack Obama, fue serena, respetuosa e incluso elogiosa con el presidente.

Pero, más allá de las apariencias, los antecedentes que surgen de la virulenta campaña de Donald Trump mantienen las alertas respecto de cuáles serán sus énfasis y quiénes estarán a cargo de las decisiones más importantes de su gobierno.

Las preguntas, de hecho, aparecen en los principales portales de noticias y análisis estadounidenses. Uno de ellos, Politico.com, publicó un artículo con 11 preguntas para el presidente electo, que intentan dilucidar cómo será su gobierno. Entre estas interrogantes, figuran algunas que se desprenden de sus principales anuncios de campaña: si perseguirá judicialmente a Hillary Clinton, si construirá el muro y obligará a México a pagarlo, a cuántos inmigrantes expulsará o a quiénes dejará fuera de Estados Unidos. Otras, apuntan a temas de orden práctico como si liquidará sus negocios, si renunciará a su salario como presidente —$400,000 dólares anuales— o si vivirá en la Casa Blanca.

Primeros 100 días

En octubre pasado, Trump presentó un plan para sus primeros tres meses de gobierno, que fue llamado “El contrato con el votante estadounidense de Donald Trump”. En este proyecto, Trump señaló que comenzará “restaurando la honestidad, la transparencia y el cambio a Washington”. Y enfatiza: “en el primer día de mi periodo en el cargo, mi administración inmediatamente buscará las siguientes seis medidas para limpiar la corrupción”.

Estas medidas son:

1. Una reforma constitucional para limitar los periodos de todos los miembros del Congreso.
2. Congelar las contrataciones de todos los empleados federales.
3. La obligación de que por cada nueva ley federal deberán ser eliminadas dos leyes vigentes.
4. Prohibir por un periodo de 5 años a funcionarios de la Casa Blanca o del Congreso que ejerzan como lobbystas tras dejar su cargo.
5. Prohibir de por vida a los funcionarios de la Casa Blanca a que hagan lobby para otro gobierno.
6. Prohibir que lobbystas extranjeros recauden fondos para las elecciones en Estados Unidos.

Pero eso no es todo. Para ese mismo día, el próximo 20 de enero, Trump se comprometió a lo siguiente para proteger a los trabajadores del país con una serie de medidas, entre las que se destacan:

1. Anunciar su intención de renegociar o retirarse del NAFTA
2. Anunciar el retiro del TPP
3. Ordenará al secretario del Tesoro a que declare a China un manipulador de divisas

Además, para dar curso a la altisonante promesa de barrer con la actual administración, Trump dijo que “cancelará todas las medidas administrativas, memorandos y órdenes inconstitucionales ejecutadas por el presidente Barack Obama”. También, prometió “expulsar del país a los más de dos millones de inmigrantes criminales ilegales y suspender las visas a países que no los reciban”.

El resto del mundo

En su reunión con Obama en la Casa Blanca, Trump señaló que ambos habían abordado temas de la política exterior de EE.UU. De momento, la gran pregunta sigue siendo cuál será la orientación de este ámbito, uno de los más significativos del país, y que viene marcando su posición de supremacía en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.

Como lo recuerda un artículo de Foreign Policy, el pasado 27 de abril, en una reunión en la que abordó específicamente sus planes de política exterior, la vieja guarda del Partido Republicano quedó atónita cuando Trump dijo que contrataría “voces nuevas” en vez de “rodearse de aquellos que tienen un currículum perfecto pero poco de lo que jactarsek, salvo su responsabilidad por una larga historia de políticas fallidas y continuas derrotas en la guerra”.

No obstante, dentro de la gran incógnita en la que se ha convertido este trascendental ámbito, lo que se espera es que Trump decida por una mezcla entre gente que provenga del mundo privado y aliados de la dirigencia Republicana, muchos de ellos “halcones” de la era de del ex presidente Bush.

Entre aquellos nombres que suenan para tomar la secretaría de Estado, suenan el ex precandidato presidencial republicano, y quien fuera uno de los consejeros informales de Donald Rumsfeld, Newt Gingrich. Otro que suena para tomar las riendas de la política exterior de Trump es el presidente de del comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Corker. Otro nombre, es quien fuera embajador ante Naciones Unidas en la era de George W. Bush, John Bolton.

Foto: nationalreview.com