Una nueva estatua del líder soviético fue instalada en una estación clave del metro. La figura genera admiración en algunos sectores y rechazo en otros, reabriendo un debate histórico en pleno auge del nacionalismo ruso.
Consuelo Saavedra, Nicolás Vergara y Matías del Río conversaron con el senador de Renovación Nacional, Rodrigo Galilea, sobre el Gobierno de Gabriel Boric y la última Cuenta Pública.
El documento, publicado por CNN, detalla un significativo flujo de miles de soldados, misiles balísticos y millones de municiones enviados desde Pyongyang a Moscú, así como el intercambio de tecnología militar y recursos estratégicos.
Josefina Stavrakopulos y Nicolás Vial hicieron un repaso a la actualidad.
Inaugurado en 1935 y con casi 300 estaciones en funcionamiento, el metro moscovita no solo es una maravilla de la ingeniería moderna, sino también un museo subterráneo que conserva el esplendor de la era soviética y sigue creciendo a pasos agigantados.
Al ser consultado por el riesgo de una escalada a nivel nuclear en Ucrania, Putin mencionó “querían provocarnos para que cometiéramos errores. No ha habido necesidad de usar esas armas… y espero que no sean necesarias”, afirmó.
Detalló que “Putin no es el dueño de Rusia, no es un Zar”, por lo que “el día que acepte que no pudo obtener algo que pueda ser presentado como una victoria va a ser sacado por otro líder nacionalista”.
Estas declaraciones llegan después de que el mismo Trump asegurara que estaba cerca de llegar a un acuerdo con Vladimir Putin para poner fin a la guerra y lanzar críticas al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky.
Sin embargo, expertos y figuras públicas han cuestionado esta premisa, señalando que se trata de un mito sin respaldo en evidencia demográfica.
Desde Estados Unidos, valoraron el acuerdo y aseguraron que ambos países que llevan adelante el conflicto bélico “seguirán trabajando para lograr una paz duradera y estable”.
