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24 Abril

Síndrome post-vacaciones: Esto es lo que ocurre con tu cerebro

No es una enfermedad, sino un proceso temporal de adaptación al trabajo después de las vacaciones. Sus síntomas incluyen apatía, cansancio, falta de energía, dificultad para concentrarse y la sensación de no poder adaptarse al ambiente laboral.

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24 Febrero, 2023

El mes de febrero llega a su fin y esto significa el fin de las vacaciones para muchos. Es momento de que los niños vuelvan al colegio, los transportes públicos se llenen y la rutina diaria regrese. Este cambio repentino después de un tiempo de descanso puede ser difícil para cualquiera, y puede incluso llevar a la aparición del síndrome post-vacacional.

El síndrome post-vacacional no es una enfermedad, sino un proceso temporal de adaptación al trabajo después de las vacaciones. Sus síntomas incluyen apatía, cansancio, falta de energía, dificultad para concentrarse y la sensación de no poder adaptarse al ambiente laboral.

Las vacaciones pueden generar un aumento en la liberación de dopamina en el cerebro, lo que juega un papel importante en la sensación de placer asociada a las nuevas experiencias, como visitar lugares nuevos, así como también las recompensas, como dormir hasta tarde y disfrutar de comidas deliciosas.

Felipe Méndez, neurólogo del Hospital de Puerto Montt y presidente SOPNIA explicó a La Tercera:

“Lo que pasa es que cuando uno está en el ritmo laboral de todos los días el cerebro se acostumbra a un cierto ritmo, sobretodo si la gente tiene hábitos marcados. El cerebro es un órgano muy “habituable”, entonces cuando llegan las vacaciones todo ese estímulo se diluye y el cerebro entra a producir más bien neurotransmisores que tienen que ver con el placer, con el disfrute, se produce más serotonina y ese cambio no se produce de inmediato, de hecho, uno recomienda que la gente tome vacaciones de al menos dos semanas porque el viraje del cerebro se produce más bien de manera lenta”.

Cuando volvemos repentinamente a la rutina, es difícil para el cerebro adaptarse rápidamente a los hábitos. Según los neúrologos, el cerebro se adapta lentamente y no es como una lámpara que se enciende y apaga fácilmente. El cerebro busca el placer y resiste el cambio de ritmo, lo que puede hacer que nos sintamos cansados y necesitemos dormir más. Esta sensación suele ser más fuerte durante la primera semana y puede durar más tiempo si no logramos readaptarnos al trabajo.

Según un estudio español, las personas más propensas a sufrir del síndrome post-vacacional son aquellas que ven el trabajo como algo desagradable o amenazante, y quienes tienen menor resiliencia y tolerancia a la frustración. Otro estudio demostró que las personas menores de 45 años, especialmente las que tienen hijos pequeños, sufren más el síndrome post-vacacional.

Para hacer frente a la vuelta a la rutina, el psicólogo Juan Carlos Maya Acuña recomienda mantener una salud mental estable mediante la creación de una rutina estable y equilibrada, comer alimentos saludables y disfrutar de actividades lúdicas o deportivas en nuestro tiempo libre.

Regula el reloj biológico

Las vacaciones implican olvidar los horarios establecidos es por eso que cuando se retoma el ritmo habitual de vida hay que acomodar el reloj biológico y ordenar las horas de sueño. Por ello se sugiere no volver de vacaciones el último día, sino un par de días antes, así se tendrá tiempo de ajustar la rutina gradualmente.

“Uno lo que tiene que hacer es despertarse temprano un día. Vas a estar con sueño porque probablemente te acostaste tarde, pero no hay que dormir siesta y así en la noche vas a estar más cansado y vas a poder dormir más temprano”, recomienda el neurólogo.

Retoma las labores progresivamente

No es bueno recargarse de trabajo en el primer día, comienza por las tareas más sencillas y placenteras para luego tomar las más complejas. Prioriza las más urgentes y deja las menos importantes en un segundo plano, hasta que sienta que ya se está en plena forma para mantener el ritmo de antes

“No sentir que hay que hacer todo el primer día, sino que saber que uno tiene ciertas limitaciones, que no puede arreglar todo lo que pasó o no pasó cuando uno no estaba. Y lo otro es tolerar que ciertas cosas no se hayan hecho como a ti te hubiera gustado”, explica Méndez.

Sé positivo

Visualizar los días con optimismos puede ayudar a aminorar la nostalgia de las vacaciones. Valorar el regreso como una oportunidad para compartir con los compañeros, desarrollar tus capacidades, distraerte a ratos y reír de las diversas situaciones que puedes pasar en el día.

“Entender los ritmos de la vida y enfrentar así el nuevo año laboral. No enfrentar las cosas con temporadas largas y pensar que las siguientes vacaciones van a ser en un año porque así ya empezaste desde el día uno a rayar el calendario día tras día. Vivir por las vacaciones tampoco es positivo, uno tiene que vivir el presente y ver las cosas positivas de ese presente”.

Cuida tu alimentación

Comer más de la cuenta en vacaciones y subir unos kilos es algo común. Pero lo importante es volver a los hábitos saludables. Disminuir el alcohol puede disminuir los síntomas del síndrome post-vacaciones.

Mantente en movimiento

Iniciar una rutina de ejercicios tiene un doble beneficio: por un lado, la generación de endorfinas ayuda a combatir el sentimiento de angustia; y por otra parte, salir a caminar, a correr o dirigirse al trabajo en bicicleta (además de practicar otros deportes) sirve para que nuestra mente se libere del estrés al concentrarse en la ejecución del ejercicio físico. Esta desconexión de las preocupaciones es fundamental para poder solucionar los problemas o dificultades de la vida con objetividad y eficacia.

Se flexible con tu agenda

Después de unas semanas de desconexión, volver a una planificación estricta no es lo mejor para el cerebro. Es por esto que dejar espacios libres durante el día puede ayudar en la adaptación de la rutina.

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