El intestino humano contiene millones de microorganismos. A este conjunto se le conoce como microbiota o flora intestinal. Estos microbios ayudan a descomponer los residuos que el cuerpo no puede digerir. Además, cumplen funciones importantes en el sistema inmune. Sin embargo, también pueden provocar inflamación si detectan agentes dañinos.
El doctor William Li, cardiólogo de la Universidad de Harvard, recomienda incluir legumbres en la alimentación diaria. Según explica, “las lentejas son un grano con alto contenido de fibra, vitaminas y minerales, que favorecen con el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento”.
Este alimento también contiene antioxidantes y otros nutrientes beneficiosos. “Mejoran la microbiana, ayudan con la reparación del ADN y disminuye la aparición de condiciones a largo plazo”, señala el especialista. Además, destaca que cuando estos microorganismos reciben buena alimentación, “se encargan de producir sustancias antiinflamatorias, también llamadas ácidos grasos, que reducen el agrandamiento de la zona abdominal”.
No solo lentejas: otras legumbres también ayudan
Las lentejas se han vuelto populares entre quienes no consumen proteínas animales. Pero no son las únicas con efectos positivos en el intestino. Según la Clínica Cleveland, otras legumbres como los porotos, arvejas y garbanzos también favorecen el crecimiento de bacterias buenas.
La National Library of Medicine afirma que “incluir este tipo de legumbres en la dieta es una solución sencilla y eficaz para alcanzar la ingesta recomendada de fibra y mantener un intestino saludable”. Esto se debe a un tipo especial de fibra que contienen, llamada almidón resistente. Este componente actúa como un probiótico. Regula el tránsito intestinal, previene molestias digestivas y reduce el azúcar en la sangre.
Gracias a sus propiedades, las lentejas se han convertido en un aliado importante para cuidar la salud digestiva y prevenir enfermedades crónicas.